El intercambio es parte del programa "No es fácil ser verdes", un proyecto auspiciado por el Gobierno de los Estados Unidos, a través del fondo 100K Strong in the Americas.
Por Maria Gracia Zapata. 18 septiembre, 2017.Elmer López, Francisco Morante, Diego Bazalar, Ángela Cajo, Joseph La Madrid, César Valladolid, Edin Dávila, Pool Nolasco, Patricia Yarlequé y Elmer Vara conformaron el grupo de alumnos de la Universidad de Piura que viajó a Maryland (Estados Unidos) como parte del programa “No es fácil ser verde”.
Durante dos semanas, asistieron a Towson University, donde recibieron capacitación técnica en temas relacionados a la sostenibilidad medioambiental y al campus verde: limpieza del agua para la comunidad, preservación de los árboles, conservación local de las montañas, compostaje, gestión de los residuos y reciclaje.
Además, visitaron la planta de incineración que genera energía eléctrica a partir de la basura y conocieron los problemas de contaminación en la bahía de Baltimore. “Llama la atención porque uno piensa que esas cosas no pasan en Estados Unidos”, comenta Raúl La Madrid, docente de la Facultad de Ingeniería que acompañó a los alumnos en el viaje, junto al ingeniero Rodolfo Rodríguez.
“Aprendimos sobre la salinidad de las bahías, la vida marina, el problema de contaminación que había en el lugar y qué acciones estaban haciendo. La gente se preocupa mucho más por los problemas ambientales que acá. Fue una experiencia maravillosa poder relacionarnos con una cultura diferente.”, afirma Angela Cajo.
Los estudiantes también realizaron servicio comunitario en Talmar Gardens, un albergue para personas con discapacidades y condiciones crónicas, que fomenta las prácticas orgánicas para el cultivo de diferentes tipos de plantas.
Para Edin Dávila, alumno de Beca 18, el aporte de este tipo de programas es evidente: “Si ya desde jóvenes nos empiezan a inculcar una conciencia ambiental, en un futuro, nuestras leyes estarán enfocadas a cuidar el medioambiente. A fin de cuentas, el planeta es la casa que compartimos todos y cuidarlo es una labor que debe comprometernos a todos”, dice convencido.
Actividades en Locuto
Unos días después, llegaron a Piura los alumnos de Towson University. Ruby Cruz-Reyes, Nicole DiMarino, Anagelica Gonzalez, Christopher Mata, Luis Muniz, Valerie Pasion, Nandi Roberson, Rachel Schmitz, Emilee Torres y Santiago Villarrea desarrollaron durante dos semanas, una serie de actividades en pro de la conservación ambiental.
Tuvieron la oportunidad de quedarse con familias anfitrionas y conocer un poco más de las diferencias de lenguaje, cultura y estilos de vida. “Ha sido una oportunidad de entender y comprender las diferencias que muchas veces representan un gran desafío en el escenario mundial”, refiere Chris Jensen, director de la oficina de Compromiso Cívico y Liderazgo en Towson University.
Los alumnos extranjeros realizaron excursiones a diferentes atractivos de la región, para conocer de cerca la flora y la fauna característica de cada ecosistema. “Visitaron la planta de Curumuy, los Manglares de San Pedro de Vice y El Ñuro. Pudieron apreciar una diversidad muy diferente a la del lugar donde vienen”, comentó Roxana Fernández, docente de la Facultad de Ingeniería de la UDEP.
“Una de las mejores experiencias fue nadar con tortugas y ver ballenas. Aprendimos que la gran biodiversidad en esa región es por la mezcla de agua dulce y agua salada”, comenta entusiasmada Valerie Pasión. Las actividades prácticas se alternaron con las clases de español que recibieron dentro del campus de la Universidad de Piura.
Con todos estos conocimientos, realizaron actividades educativas en la I.E. N°20152 de Locuto, en Tambogrande. Allí capacitaron a un grupo de estudiantes de primaria sobre temas relacionados al medio ambiente: el cambio climático, el ciclo de agua y la importancia de los algarrobos en la economía peruana.
Las visitas a la escuela de Locuto terminaron con la siembra de cien plantones de algarrobo. La reforestación fue posible gracias al apoyo de los profesores del centro educativo y del director, Oswaldo Riofrío; además de las gestiones de Guido Rafo Risco, gerente de Desarrollo Económico y Gestión Ambiental de la Municipalidad de Locuto.
Los alumnos se comprometieron a cuidar los árboles y así aportar su granito de arena para contribuir en la producción de oxígeno. “Les enseñamos a los niños cómo sembrarlos y mantenerlos. El objetivo es que ellos mismos se hagan responsables y tengan una conexión especial con la naturaleza, para que puedan ver y entender la importancia de cuidar el medio ambiente”, afirma Santiago Villareal.
Anagelica Gonzáles confiesa que, antes de este programa, ignoraba el verdadero impacto del calentamiento global. “Me veo a mi misma, a mis 21 años, y me sorprende todo lo que he aprendido con este programa. Ahora sé que es realmente necesario concientizar a los niños y jóvenes para fortalecer su responsabilidad con la naturaleza”, agrega.
Valerie coincide con ella y resalta el hecho de que los jóvenes son parte del futuro: “Considerando el contexto global en el que vivimos, se hace cada vez más necesario que todos nos involucremos y nos enfoquemos en hacer, juntos, un cambio positivo en el mundo”.
Por un mundo sostenible
Colleen Ebacher, profesora asociada del departamento de Estudios Españoles y Latinoamericanos de Towson University, recalca que esta experiencia de intercambio bilateral les da una perspectiva global a los alumnos. “Han podido entender que existen otros países en el mundo luchando contra los mismos problemas que enfrentan aquí. Los alumnos deben preguntarse cuál es su rol respecto al tema. Ahora van a estar más interesados en involucrarse en cuestiones ambientales en Perú y en su mismo país”, comenta.
Por su parte, la ingeniera Fernández destaca la importancia de crear una conciencia ambiental en los alumnos. “Deben aprender a tomar cartas en el asunto en este tipo de actividades. Participar de este proyecto ha sido para ellos una gran oportunidad y, al mismo tiempo, un gran desafío”, comenta.
Actualmente, los alumnos de la Udep y de Towson University se encuentran trabajando juntos para formar una nueva asociación que dé continuidad a los proyectos que se iniciaron con el intercambio. “La idea es que el proyecto se mantenga incluso cuando nosotros no estemos, que haya gente trabajando en esto… Salir del país cambió nuestra perspectiva del mundo, nos ha dado muchas más ganas de trabajar por nuestra comunidad. Prueba de ello es lo que estamos haciendo ahora”, cuenta orgullosa Angela Cajo.
Acerca del programa
‘No es fácil ser verdes’ es un proyecto auspiciado por el Gobierno de los Estados Unidos, a través del fondo 100K Strong in the Americas, que busca dar vida a asociaciones innovadoras que incrementen la movilidad estudiantil hacia y desde América Latina, el Caribe y Estados Unidos. El objetivo prncipal es formar a los estudiantes que conformarán la fuerza laboral del siglo XXI.
El programa consistió en un intercambio recíproco entre alumnos de Estados Unidos y Perú, para valorar el cuidado del medio ambiente en un contexto transnacional. Durante dos semanas, los jóvenes aprendieron a implementar soluciones específicas a problemas relacionados con a la conservación del medio ambiente y a optimizar el buen uso de las tecnologías para potenciar el aprendizaje en el rubro. Entérate más del programa de intercambio aquí.